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viernes, 19 de julio de 2019

Albert Rivera, el multilíder, el superhéroe de la transversalidad, el ESPAÑOLÍSIMO.

   En 2018 propuse un juego a los amigos de facebook, vestir al cuñado de cuñados, al salvapatrias, al nuevo falangito, al insufrible de Albert Rivera. Digo vestir porque tomé su mítico cartel electoral en pelota picada como punto de partida, un gesto populista y facilón, tanto como usar un corazón como pseudologo del partido. Pedí diez ideas locas para disfrazar al líder de la veleta naranja, cumplisteis, todas tienen su chicha, unos redundan en su españolidad, su capacidad "mutante", su autoproclamado poder de liderar desde la transversalidad, sus vicios... Yo me guardé una décimo primera transformación mortadélica, y con compañía, porque un superhéroe puede salvar solo y acompañado.

   Y es que él puede salvar mundos, universos y países de las fauces de lo que sea, secesionistas, masones, siths, así es el LÍDER de la futura España libre de complejos que vino a regenerar la política y terminó liándose con la folclórica de los millenials.

   Escogí a Rivera porque no me gustan esos tipos que sufren de auténtico adanismo, esos egos desmedidos que quieren ser novia en la boda, niño en el bautizo y muerto en el entierro, le dedico al "niño pera" éste, esta animación, pero podría haber sido casi cualquier niñato de los que dirigen los cinco grandes partidos que de grandes tienen poco.



Primer disfraz, si es que sois mala gente y vais a hacer daño, Adolf Hitler, el superhombre alemán por excelencia, con permiso de Nietzsche, y la licencia de que el genocida nazi era austríaco.

Caricatura de superhéroe, paródico, eso era Superlópez. Y es que lo patrio, lo nuestro, es el Albert salvando España de los molinos de viento que él mismo se crea. Populismo, nacionalismo, sanchismo... a todo le mete, y digo "le", no "se".

Patoso, un torpe social, puedes sacar cuántas armas quiera de debajo del gorro, que siempre la termina liando, así son ellos.

Al moderno le gusta ser el más españolísimo, su patrioterismo suena a impuesto a sobado, exagerado, no me lo creo. Su afán por ser el más en todo me lleva a imaginarle una dura infancia falta de cariño, normal, yo al niño Albert no lo escogería para mi equipo de fútbol, debía de ser un pesao. Este disfraz le sitúa en lo más alto de la imaginería militar patria, la cabra de la legión. En este ejercicio de disfrazar mis caricaturas, herencia de aquel Josiño enano que disfrutaba como nadie con los dibujos del maestro Ibáñez (que no son sus textos, salvo 13 Rue del Percebe nada suyo me gustó jamás), decía que en esta galería de vestiditos, de disfraces, éste me parece que ha quedao muy guasón, hasta veo mono a Albert, quizá así le escogería para mi equipo, eso sí, de portero.

Socialdemócrata, liberal, centro derecha, flirteos y pactos con la extrema derecha, felaciones a Macron... Así es la veleta naranja. Quizá no haya mejor personificación que este disfraz para esta identidad que su líder (esta palabra le viene grande al pollo), ha dado al partido que venía a regenerar no sé qué. Mr. Potato, el juguete favorito de futuros/as cirujanos/as plásticos/as, y es que Riverita, desde la moderación y el españolismo, desde su extremo centro, ha metido bisturí tantas veces que ya ni su patata madre lo reconocería.
Albert, desde la transversalidad, osadía del ignorante y carente de tacto, diríamos muchos, quería encabezarlo todo, ser el niño en el bautizo que decía al comienzo, en fin, de activista de Femen está tremendo.
La supuesta adición a la cocaína es algo con lo que siempre tendrá que luchar el líder de Ciudadanos. Sus tics dan mucho miedito y dan qué hablar, como mula de Pablo Escobar, trayendo cocaína en el ojal, tiene mucha gracia, porque no sólo los extranjeros tienen derecho a disfrutar del sueño español, también sus productos típicos viene, y carallo si lo hacen, a la piel de toro. Como cuando nosotros llevamos chorizo y jamón serrano a Inglaterra o a Alemania, lo mismito.


No podría faltar el disfraz de Naranjito, personaje casposo y patrio sin par, igualito a Albert Rivera, separados al nacer.

La Ruperta, otro personaje de la infancia con vivos colores naranjas, os juro que yo sigo comiendo zanahoria, calabaza o naranjas, sin sufrir las arcadas que a muchos/as les da el amigo de Santiago Abascal (miradlos cuando eran ternascos y enterneceos).

Si tiramos de épica, gallardía y arrojo español, sudor rojigualdo post luchas en Flandes, ahí pensamos inmediatamente en dos figuras, Rivera, of course, y un torero, héroe por antonomasia de la incultura española. Bueno, también pensamos en los biceps del Aznar de la época vigoréxica, pero prefiero no dar más asquito.
Por último llega mi aportación. La menos original, quizá el superhéroe de superhéroes, Superman, el mítico personaje de DC representa, como Albert, todo lo cabal, lo normal, lo que la gente quiere, ni machistas ni feministas, ni animalistas ni animales, ni nazis ni judíos de Austwitz... Así es Kal-El y así es Albert.


Como punto final he puesto a la mejor Superwoman que podría imaginar, aunque siendo Malú su pareja, debería de ser Lois Lane, no puedo dibujar como una simple mortal a la sobrina de mi amado Paco de Lucía, a ella la pongo super también, que buena falta le hará aguantar toda la mierda machista que le caerá por salir con el pollo.



Sin más, se acabó, que nadie se enfade, esto es humor, si no os gusta ni compartís opiniones, meteos en marca.com que siempre tienen algo chulo pa ver.
¡¡¡¡Viva España y viva Albert!!!!

Y ahí tenéis el gif con todo montadico, la calidad malucha, pero hace mucho de reír lo de verlo en movimiento. Miradlo oyendo este video glorioso.



MÁS RIVERITA CON SUS AMIGOS DEL TRIFACHITO AQUÍ.
MÁS RIVERITA EN SU PRIMERA PARTIDA DE AJEDREZ AQUÍ.

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