Quise enseñar a volar a la sirena que me había enseñado a nadar.
Este dibujo guarda bastante pijadas, es de los más currados que haya hecho jamás, pero mejor no desvelar nada, porque como viene a decir Lynch, las interpretaciones de cada uno valen tanto como la del autor, realmente poco importa qué quiere decir éste cuando el que se enfrenta a una obra tendrá sus propias ideas.
Simplemente decir que me molaba una monitora de natación en el momento más chof de mi vida, de ahí salió todo.
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