Tengo ilustraciones viejunas que nunca he subido al blog, la verdad es que no sé la razón, me tranquiliza no darle un sentido estricto a todo, durante años lo intenté, terminé agotado de ello, terminé agotado de mí.
Soy un amante de la obra de Kafka, El Proceso, El Castillo y sobretodo La Metamorfosis, me impactaron, varias lecturas cada uno, encuentro en cada página una frase o una imagen que me deja fascinado, amo cómo escribía Kafka. Hace poco me pasaron un libro que habla sobre Max Brod, el amigo a quién dejó encargado que quemase su obra. Si tuvieses que encargar a un amigo que quemase (borrase de discos duros) mis ilustraciones, escogería a David Pereira, mi Marqués de Ourense, un gran tipo, diferente e inteligente, uno de esos amigos de los que la vida te separa, pero el cariño mutuo une siempre. David me animó a volcarme en mis dibujacos, siempre piropeando los garabatos que hacía en los años de carrera, un buen día decidí convertirlo en protagonista de uno de aquellos dibujos, uno muy especial, uno en dónde quise retratar, tras múltiples y detalladas lecturas, la habitación de Gregor Samsa, el viajante que termina convirtiéndose en el más famoso insecto, el protagonista de la más célebre metamorfosis de la historia. Ya me explayé demasiado, es un trabajo viejo, lleno de defectos, frío y con un olor a plástico que me lleva a cerrar los ojos, pero qué coño, aquellos trabajos, aquellas lecturas, aquella etapa en la que dibujaba a mis amigos en mis primeros dibujos serios, fue una preciosa época que no viene de más recordar y airear. Espero que os guste, leed el libro, dejad que Kafka os haga sentir a través de las palabras, dejad que el papel y la tinta os posean.
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