Me encanta los trabajos de mis amigos ilustradores. Siento especial predilección por los dibujos a tinta de Omaira y de Jose.
Hace tiempo subieron un par de ilustraciones que me encantaron. El de Omaira, uno de sus rostros femeninos, me recuerda, como tantos otros de sus curros, a símbolos heráldicos por el trazo sencillo y elegante, me inspiró cierto aire medieval. El de Jose, uno de sus locos dibujos de línea, se me antojó como un enorme monstruo de piedra, una especie de totem o de menhir decorado.
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Poco a poco los dos dibujos fueron creando en mi mente enferma una vaga idea. Se unieron a mi amor por la arqueología y la fantasía y me hicieron parir esto que veis aquí abajo.
Un pobre guerrero viaja tras una guerra de ésas en las que los hombres defienden a falsos dioses, en su caso a una Diosa Roja. Llega a pies de un misterioso Monstruo de Piedra. Lo demás que os lo cuente la pega a cambio de algo brillante, ella estaba allí.
Un pobre guerrero viaja tras una guerra de ésas en las que los hombres defienden a falsos dioses, en su caso a una Diosa Roja. Llega a pies de un misterioso Monstruo de Piedra. Lo demás que os lo cuente la pega a cambio de algo brillante, ella estaba allí.
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