Ayer enumeraba alguno de los míticos juguetes que me compraban en los puestos de los gitanos en las fiestas de los pueblos. En aquellos tiempos, siendo niño, uno pensaba en gitanos y veía aquella gente de piel oscura que nos vendían juguetes y tocaban el acordeón mientras una cabra subía por una escalera en tu barrio. Las ideas racistas todavía no se me habían inoculado, gracias a dios que logré resistir un poco. Bueno, al grano, me faltaba por citar el más clásico de entre los clásicos, el juguete que comprar a los niños pequeños, una noria de juguete, de plástico y con un palo por el que poder empujar y hacer girar al invento. Qué tiempos :D
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