Sigo con recuerdos de mi infancia.
Si ayer empezaba este inktober con un recuerdo de aquellos juguetes que nos compraban en las fiestas de los pueblos y aldeas para tenernos entretenidos, papel de atonta niños que ahora desempeñan los móviles, hoy me paso a la que quizá fuera mi primera colección.
Año tras año llegaba la época en que los niños de la calle nos lanzábamos a pedir calendarios por todos los establecimientos del barrio. Un 50% eran bares y luego había algo de todo, librerías, carnicerías, droguerías... Había varios clásicos en el universo calendario, fútbol, chicas en tetas, esos no nos los daban, claro :P y los protagonizados por simpáticos chimpancés imitando a humanos. Viéndolos ahora, uno no puede evitar ver a un animal maltratado para hacer unas carantoñas bobas que diviertan a los cazurros de los humanos. En fin. Forman parte de mi infancia y de mi educación, gracias a dios que uno cambia.
Ah!, tengo unos cuantos calendarios de aquella época, quizá 100, ni idea. Cosas que uno ve de vez en cuando y no pudiendo evitar que asome una sonrisa cómplice y nostálgica.
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